Relato incorrecto
... continuación de lo que empieza en El bichito de luz.
Y ella se puso a temblar y se abrió la blusa para secarse el sudor, mientras con la otra mano se abanicaba con un cartón de huevos. Parecía asustada. Entonces la besé, la mordí y la acosté sobre el banco que bordea la mesa y le metí las manos entre las piernas que estaban empapadas. Decidí que era hora de celebrar por todo lo alto mi regreso al hogar.
Y ella se puso a temblar y se abrió la blusa para secarse el sudor, mientras con la otra mano se abanicaba con un cartón de huevos. Parecía asustada. Entonces la besé, la mordí y la acosté sobre el banco que bordea la mesa y le metí las manos entre las piernas que estaban empapadas. Decidí que era hora de celebrar por todo lo alto mi regreso al hogar.
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